Elena Martin Izquierdo, doctoranda del grupo ERGO
La violencia contra las mujeres es una forma de violencia que está presente en todas las épocas y lugares, y que, además, se acumula a otras formas de violencia.
En la actualidad, existe una creciente preocupación por el impacto social que tienen las empresas y el conjunto de organizaciones (San-José & Retolaza, 2015; Gartzia, L., & Retolaza, J. L. 2019), de ahí, que éstas estén interesadas en conocer cuál es el valor social que generan. Además, los inversores son cada vez más conscientes de la importancia de la información de una compañía no reflejada directamente en los estados financieros (Previs et al., 1994; Mavrinac y Boyle, 1996; Para Eccles et al. 2001)
De acuerdo con la encuesta sobre violencia contra las mujeres realizada por el Agencia de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea, una de cada dos mujeres en la Unión Europea (en adelante UE) manifestó haber experimentado algún tipo de acoso sexual al menos una vez desde los 15 años. De todos los casos de acoso sexual denunciados, en el 32% de los casos, el autor era alguien del ámbito laboral de la mujer (colega, jefe o cliente). La Organización de las Naciones Unidas señala que entre un 40 y un 50%[1] de las mujeres trabajadoras son víctimas de propuestas sexuales indeseadas, contacto físico y situaciones verbales y otras formas de acoso sexual en su lugar de trabajo. La Macroencuesta de violencia sobre la mujer de 2019, realizada en España, señala que el 40,4%, de las mujeres en edad de trabajar, ha sufrido acoso sexual en algún momento de su vida en el trabajo, el 18,1% ha sufrido acoso sexual en los últimos 4 años, y el 10,2% han sufrido este acoso en los últimos 12 meses.
En dicho sentido, en el informe específico sobre delitos sexuales del Ministerio del Interior de España del año 2018, se observa cómo se ha ido produciendo un incremento de los delitos en instalaciones y recintos y en los establecimientos, así como de detenidos e investigados correlativamente. En concreto encontramos que han sido registrados 443 asuntos relativos a delitos de acoso sexual hacia las mujeres, frente a 45 hacia hombres.
España actualmente se encuentra en el puesto número ocho en el Índice de igualdad de género de 2020. En relación al ámbito de trabajo. Este índice, le sitúa por encima de la media europea, ya que le otorga a España, 73,2 puntos sobre 100, frente a los 72,2 de la Unión Europea, por lo que considera que España, tiene una puntuación en igualdad en el trabajo entre hombre y mujeres superior a la medida de los países que conforman la Unión Europea.
Por lo anteriormente expuesto, cabe preguntarnos: ¿Cuál es la realidad a la que se enfrentan las mujeres en el ámbito laboral en España?.
La contabilidad, va a ayudar a responder a esa respuesta, ya que su finalidad es dar una imagen fiel con relación al funcionamiento de una empresa. La contabilidad analítica o de costes, ayuda a comprender cómo funcionan internamente las empresas, contribuyendo de este modo a mejorar la gestión de la misma y, asimismo ayudando a visibilizar el valor distribuido en función del género.
Debido a que la contabilidad analítica tradicional tiene en cuenta únicamente los datos contables, en la cual no se tienen en cuenta componentes de no-mercado y emocionales, es la contabilidad social la que va a ayudar de una manera más adecuada a visibilizar el valor del género. Incluyendo la perspectiva de un único grupo de interés, accionistas, al conjunto de grupos de interés de la organización, lo cual es necesario a la hora de generar valor (Freeman, 1984).
La contabilidad social es la tecnología ( Latour, 2004) que consiste en una ampliación de la contabilidad económico-financiera debido a que la misma tiene en cuenta las transferencias de mercado, de no mercado, y las emocionales
Por lo que, con la contabilidad social orientada a la sostenibilidad se va a poder cuantificar en unidades monetarias el Valor Social Integral que generan, o destruyen, las diversas organizaciones, y así visibilizar el nivel de igualdad que tiene, así como el avance y mejora que se produce en dicho sentido (Gartzia, L., & Retolaza, J. L. 2019).
Referencias
Baker, C. R., Chiapello, E., Justesen, L., & Mouritsen, J. (2011). Effects of actor‐network theory in accounting research. Accounting, Auditing & Accountability Journal.
Eccles, J. y Wigfield, A. (2001). Motivational beliefs, values and goals. En S. T. Fiske, D. L. Schacter y C. Sahn-Waxler (Eds.), Annual Review of Psychology (pp. 109-132). Palo Alto, CA: Annual Reviews.
Freeman, R.E. (1984): Strategic management: A Stakeholder Approach, Boston, U.S. Pitman.
Gartzia, L., & Retolaza, J. L. (2019). Cuantificación en unidades monetarias del valor social del género en las organizaciones. Vitoria-Gazteiz: Emakunde, Informe del Instituto Vasco de la Mujer.
Indice de igualdad de género: https://eige.europa.eu/gender-equality-index/compare-countries.
Informe específico sobre delitos sexuales del año 2018 pág. 8: http://www.interior.gob.es/documents/10180/8736571/INFORME+DELITOS+CONTRA+LA+LIBERTAD+E+INDEMNIDAD+SEXUAL+2018.pdf/72779215-38b4-4bb3-bb45-d03029739f5c
Macroencuesta de violencia sobre la mujer 2019, pág. 183: https://violenciagenero.igualdad.gob.es/violenciaEnCifras/macroencuesta2015/pdf/Macroencuesta2019_Estudio.pdf
Mavrinac, S.; Boyle, T. (1996) «Sell-Side analysts, non financial performance evaluation and the accuracy of short term earnings forecasts», Working Paper, The Ernst & Young Center for Business Innovation
San-Jose, L. y Retolaza, J.L. (2015). La generación de Valor Social como eje vertebrador de la Unión Europea. Vitoria: FJL EUROBASK
[1] En España se sitúa entre el 40 y el 60%, según el estudio realizado por el Instituto de la Mujer y para la Igualdad de Oportunidades en 2015. En este sentido señalar, que las cifras varían, aparte de por las circunstancias socioculturales, por los criterios de medida (si es acoso declarado, o técnico) entre otros.
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