Por Mercedes Luque-Vílchez

A nivel mundial, Europa está a la vanguardia en la regulación de la sostenibilidad. La Comisión considera importante la aplicación de políticas que involucren a un amplio conjunto de partes interesadas, como la Directiva 2014/95/EU sobre información no financiera. Esta directiva entró en vigencia en 2018, requiriendo que las grandes empresas de interés público con más de 500 empleados divulguen públicamente los asuntos ambientales, sociales y de gobernanza (ESG). En virtud de las transposiciones nacionales, algunos países de la UE decidieron extender la aplicación de esta norma a empresas con más de 250 empleados, como España, Suecia, Luxemburgo y Grecia.

La Comisión reconoce que para aumentar el impacto de la directiva en términos de calidad de información divulgada por las empresas es necesario garantizar la coherencia de las normas de presentación de informes. Para esa tarea, la Comisión pidió al Grupo Asesor Europeo de Información Financiera (EFRAG) que llevara a cabo un trabajo preparatorio para la posible elaboración de normas de información no financiera de la UE.

Como resultado del grupo de trabajo de EFRAG, se publicaron dos informes principales sobre el desarrollo de las normas de la UE para la presentación de informes de sostenibilidad. El primer informe[1] con seis apéndices complementarios contiene 54 propuestas para la creación del primer conjunto de estándares de reporting (preliminares) para mediados de 2022. Estos estándares serán de aplicación en 2023 y se verán reflejados en los informes publicados por las empresas en 2024. El segundo informe[2] contiene la posible estructura de gobernanza del EFRAG, si finalmente el EFRAG asume la responsabilidad de que el emisor de normas de información no financieras (sostenibilidad).

Uno de los puntos más llamativos de las propuestas del EFRAG es que se propone dejar de usar el término «informes no financieros» y volver a usar el término «informes de sostenibilidad». Dicho cambio se basa en el hecho de que el término «informes no financieros» puede sugerir una menospreciación de la información financiera frente a la no financiera. A esto se une un enfoque de presentación de informes más específico del sector, y resurgimiento de la importancia de los intangibles en los informes de sostenibilidad como motor clave para el desarrollo sostenible (y creación de valor empresarial). El EFRAG apuesta por situar la información de sostenibilidad como parte del informe de gestión en una nueva sección denominada «Declaración de sostenibilidad» y reconoce la digitalización de los informes como un paso importante para avanzar en la estrategia futura.

En cuanto a uno de los temas que está despertando mayor interés como es el rol de los estándares de reporting existentes en la materia, como GRI, SASB y CDP. El objetivo de estas recomendaciones es que la directiva “revisada” y renombrada con el nombre de Corporate Sustainability Reporting Directive puede beneficiarse de ellas, así como el Reglamento de divulgación financiera relacionada con la sostenibilidad.

[1] EFRAG sustainability reporting standard-setting proposal: https://www. efrag.org/Lab2

[2] EFRAG governance structure evolution: https://ec.europa.eu/info/ sites/info/files/business_economy_euro/banking_and_finance/ documents/210308-report-efrag-governance-funding_en.pdf