Elena Carrión, investigadora predoctoral del Grupo ERGO

Los impactos antropogénicos derivados de las actividades económicas, intensificados desde la Primera Revolución Industrial, han generado cambios en la temperatura de la Tierra, constituyendo una nueva época geológica, el Antropoceno (Crutzen, 2002).

El Antropoceno se caracteriza por la alteración desproporcionada de los ecosistemas de la Tierra en comparación con la época geológica anterior, el Holoceno, donde se desarrollaron las civilizaciones como consecuencia de la estabilidad climática (Zalasiewicz et al., 2011).

Bajo este contexto, un grupo de científicos del Stockholm Resilience Centre identificó nueve procesos que regulan la estabilidad y resiliencia del sistema terrestre. Estos nueve procesos son: el cambio climático, la integridad de la biosfera, el cambio en el uso del suelo, el uso del agua dulce, el flujo biogeoquímico, la acidificación del océano, la carga de aerosoles en la atmósfera, el agotamiento del ozono estratosférico y la introducción de nuevas entidades (Steffen et al., 2015).

Cada uno de estos procesos contiene umbrales para “operar dentro de los límites seguros para la humanidad” (Rockström et al., 2009, p.472). Estos umbrales se denominan límites planetarios y superarlos supone entrar en una zona de incertidumbre planetaria que aumenta las posibilidades de generar cambios ambientales abruptos o irreversibles a gran escala.

Como se puede observar en la ilustración mostrada a continuación, dos de los nueve procesos no tienen sus límites cuantificados y, de los siete restantes, cuatro de ellos ya han superado los límites que se consideran como “zona segura”.

Steffen et al., 2015

Entre las características de los límites planetarios se encuentra su interdependencia: aunque el cambio climático y la biodiversidad se consideran procesos centrales como consecuencia de su particular peligrosidad si se superan sus variables de control (Steffen et al., 2015), cruzar el umbral de cualquiera de los límites puede desencadenar cambios en el resto de límites. Por ejemplo, cuando se produce la tala de un bosque, se reduce su biodiversidad y, como consecuencia, este tiene menos capacidad para capturar carbono, por lo que se acumula en la atmósfera, aumentando así el cambio climático. Un mayor dióxido de carbono en la atmósfera genera una mayor acidificación en el océano.

Asimismo, los límites planetarios tienen claras consecuencias en los sistemas socio-económicos. Por lo que las políticas de gobernanza actuales deben estar orientadas a garantizar una estabilidad climática que permita el desarrollo de las generaciones presentes y futuras (Galaz et al., 2012), generando un modelo acorde con el Desarrollo Sostenible.

 

Referencias:

Crutzen, P. J. (2002). Geology of mankind. Nature, 415(6867), 23. https://doi.org/10.1038/415023a

Galaz, V., Biermann, F., Crona, B., Loorbach, D., Folke, C., Olsson, P., Nilsson, M., Allouche, J., Persson, Å., & Reischl, G. (2012). ’Planetary boundaries’-exploring the challenges for global environmental governance. Current Opinion in Environmental Sustainability, 4(1), 80–87. https://doi.org/10.1016/j.cosust.2012.01.006

Rockström, J., Steffen, W., Noone, K., Persson, Å., Chapin, F. S., E. F. Lambin, T. M. Lenton, Scheffer, M., Folke, C., Schellnhuber, H. J., Nykvist, B., Wit, C. A. de, Hughes, T., Leeuw, S. van der, Rodhe, H., Sörlin, S., Snyder, P. K., Costanza, R., Svedin, U., … Foley, J. A. (2009). A safe operating space for humanity. Nature, 461(7263), 472–475.

Steffen, W., Richardson, K., Rockström, J., Cornell, S. E., Fetzer, I., Bennett, E. M., Biggs, R., Carpenter, S. R., De Vries, W., De Wit, C. A., Folke, C., Gerten, D., Heinke, J., Mace, G. M., Persson, L. M., Ramanathan, V., Reyers, B., & Sörlin, S. (2015). Planetary boundaries: Guiding human development on a changing planet. Science, 347(6223). https://doi.org/10.1126/science.1259855

Zalasiewicz, J., Williams, M., Haywood, A., & Ellis, M. (2011). The anthropocene: A new epoch of geological time? Philosophical Transactions of the Royal Society A: Mathematical, Physical and Engineering Sciences, 369(1938), 835–841. https://doi.org/10.1098/rsta.2010.0339